Categoria: Història

1972, Organyà – Pobla de Segur

El 16 d’abril de 1972 es va jugar al vell camp de la Granja un partit entre l’Organyà i la Pobla de Segur (3-2) corresponent al Torneig de Primavera. Si el partit hagués estat avui en dia el SEGRE l’hagués resumit així: “l’Organyà remonta un 0 a 2 i s’emporta els tres punts”. Per sort fa uns anys els diaris (en aquest cas LA MAÑANA) feien cròniques com Déu mana i hem trobat el resum d’un partit ple d’incidents (polèmica arbitral, expulsions, agressions, invasió del camp, baralles…) fet pel senyor Cambón de la Pobla, i la contracrònica feta pel gran Gustavo Barriga uns dies després.

Aquesta foto és de 1972 però no correspon al partit

La crònica del senyor Cambón comença així:

“Apretada victoria del Orgañá sobre el Pobla”

“La visita al campo del colista traía una ilusión al CF Pobla de poder sacar algo positivo de la misma, pero las circunstancias ocurridas no fueron así, sino que como se verá más adelante todo ocurrió completamente diferente a las aspiraciones del Pobla.

Antes sin embargo, haré un esbozo de lo que las instalaciones del Orgañá ofrecen para la práctica del fútbol.

Situado en una pequeña loma a unos 500 metros del pueblo de Orgañá se halla el campo de deportes. El terreno de juego completamente irregular, ofrece un desnivel terrible, causa de ello no poder controlar el balón con seguridad, totalmente lleno de piedras y cascotes, poniendo en peligro la integridad física de los jugadores. Tampoco se halla vallado, lo que permite a los seguidores del equipo local con posesión de vehículo, instalarse con toda tranquilidad dentro del terreno de juego, ocasionando molestias y restando espacio al mismo, perjudicando las prácticas del fútbol y molestando a los espectadores. El señalizado del campo tampoco ofrecía las garantías necesarias, puesto que al estar marcado con cal en polvo y coincidiendo con una tarde en que las circunstancias climatológicas no eran del todo propicias por el viento huracanado que azotó durante todo el encuentro el rectángulo, hizo que el marcado del campo se borrara totalmente, dificultando con ello la labor arbitral que en muchas ocasiones señaló faltas inexistentes. Consideramos del todo imposible en estas condiciones la práctica del fútbol”.

Contestava el Barriga:

“Sin polémica, pero… más veraz”

“Quiero referirme a la crónica del encuentro Orgañá-Pobla de Segur, celebrado el día 16 de los corrientes aparecida en el diario “LA MAÑANA”, fecha 26 y firmada por el señor Cambón.

Por obligaciones familiares (incorporación de un hijo al servicio militar), no pude presenciar dicho partido, pero no obstante, quiero dar la razón al Sr. Cambón en algunos puntos y quitárselos en otros.

Es cierto que el terreno de juego tiene bastantes piedras; es real que existe cierto desnivel (no tanto como el señor Cambón insinúa), pero lo tiene; es verídico que no está en muy buenas condiciones para la práctica del fútbol. Pero, señor Cambón, todas esas dificultades son para ambos conjuntos. En este terreno han ganado muchos equipos (Oliana, Albesa, Bordeta, Bellvís, Vilanova de la Barca, Guissona y han empatado otros como el Térmens, Miralcamp, Pons etc), es decir, que cuando sale el sol sale para todo el mundo, no solamente para el once local.

Afortunadamente en 24 años largos que resido en esta villa y a pesar del mal terreno de juego, gracias a Dios, la integridad física de los jugadores ha sido siempre satisfactoria y ¡ojalá! prosiga.

Hay una cosa que molesta, y es el perder, máximo cuando se va ganando por un 2-0 como lo hacía el Pobla. Estoy seguro que si el triunfo les hubiese sonreído, el señor Cambón no hubiera visto tantas anomalías. Segurísimo”.

 

Segueix el senyor Cambón:

“A las órdenes del colegiado leridano señor Aixàs, los equipos formaron de la siguiente forma:

CF ORGAÑÁ: González; Alet, Graell I, Graell II, Pareja, Bosch, López, Pascuet, Sabarich, Simó y Loja.

CF POBLA: Poyatos, Martínez, Galindo, Sanjurjo, Bertrán, Arilla, Gallardet, Segú, Ortega, Santos y Vall.

El CF Orgañá, no efectuó ningún cambio, en cuanto al CF Pobla, en la segunda mitad y por lesión del portero, fue sustituido por Carrió.

El desarrollo del partido no podía empezar en mejores augurios para el Pobla, puesto que ya a los 5 minutos de esta primera parte inauguraba el marcador por mediación de Ortega y al minuto 14 Segú hacía subir el segundo tanto al casillero del Pobla. No obstante y pese a su dominio, el Pobla habría de sufrir la primera de las injusticias que le hicieron, puesto que al minuto 43 de esta primera mitad, el Orgañá por mediación de su delantero Pascuet lograba en clarísimo fuera de juego y ante la pasividad del colegiado, su primer tanto, resultado con el que finalizaría la primera mitad.

Empezó la segunda parte, que pese a tener el viento en contra defendía su ventaja, pero al minuto 21 y fruto de un avance del equipo del Orgañá, éste conseguía el tanto del empate, no sin antes haber causado la lesión al portero del Pobla Poyatos, que hubo de ser cambiado, lo que equivaldría a destacar que el gol no tenía que subir al marcador, sin embargo el árbitro no lo entendió así y dio validez al tanto. Animados pues por este gol, no cesó el equipo local de presionar la puerta y en el minuto 26 consiguió el gol de la victoria, único gol que debió subir al marcador, a nuestro juicio.

He de hacer constar mi sorpresa de un hecho que ocurrió a raíz de la consecución de este gol. Al marcar el equipo propietario del terreno su tercer tanto, un vehículo se paseó por el terreno de juego, sin que el colegiado parara el juego hasta que hubiese salido del mismo, sino que el mismo continuó como si nada ocurriera*.

*El vehicle era un Seat 600 conduit pel Ramon Vilanova que va fer una maniobra per marxar i va entrar una miqueta al camp, en cap cas s’hi va passejar. El Ramon se n’havia d’anar a Madrid perquè estava fent la mili. La setmana següent el van trucar des de la Guàrdia Civil demanant perquè perseguia l’àrbitre amb el cotxe damunt del terreny de joc. Una mica exagerat el senyor Cambón.

En otras ocasiones, mi crónica terminaría aquí, con lo anteriormente expuesto, pero causas completamente ajenas a nuestro deber de informador hacen que no podamos callar los incidentes promovidos por el público y jugadores del Orgañá. Podría pensarse que con lo que voy a contar, defiendo al club del cual soy su cronista, nada más lejos de la realidad, puesto que faltaría a un deber de honradez al inclinar mi crítica a un bando o al otro. Tan solo voy a limitarme a transcribir lo acontecido en el terreno de juego.

Después de la consecución del gol de la victoria por parte del Orgañá, pudimos observar una euforia completamente acorde y normal a lo sucedido, pero tan solo a diez minutos del final del encuentro y cuando el árbitro señor Aixàs había señalado una falta peligrosa dentro del área del Orgañá, ocurrieron actos que eran absolutamente innecesarios que se produjeran.

Me explicaré. Al señalar la mencionada falta, un jugador del Orgañá, agredió a un jugador del Pobla, propinándole una patada que dicho jugador repelió, siendo y como es lógico que ocurriera que el juez de la contienda decretara la expulsión de ambos. Hasta aquí encontramos lógica la postura del árbitro, ahora bien, se ve por parte del “respetable público de Orgañá” no lo entendió así, puesto que no aceptó tan solo la decisión arbitral, sino que invadió el terreno de juego, enzarzándose jugadores, público y árbitro en una auténtica batalla campal, viéndose la Fuerza Pública impotente para detener tamaño espectáculo. Deprimente, a decir verdad, lo ocurrido y desearíamos que estas cosas no ocurrieran, puesto que ello no hace sino perjudicar el deporte, y en este caso concreto la práctica del fútbol. Confiemos que por los organismos correspondientes se tomarán las medidas necesarias encaminadas a cortar por su raíz tamaños y desagradables espectáculos, causa de mal ejemplo a los futuros practicantes de este deporte que tanto apasiona, por lo que se ve, a unos cuantos irresponsables”.

Aquesta foto no és de l’Organyà, però més o menys deuria anar així

El senyor Barriga matisa:

“El terreno de juego está situado al final de la calle Nueva, es decir a menos de 100 metros de la última vivienda, ahora bien, si el señor Cambón toma la medida desde la entrada viniendo de Pobla, se ha quedado corto con los 500 metros que él dice. Primer fallo.

Continua diciendo “el CF Orgañá no efectuó cambio alguno. Cierto. El CF Pobla, en su segunda mitad y por lesión del portero fue sustituido por Carrió”. El señor Cambón, no ha leído el acta del señor Aixàs que dice: “Jugador núm. 12, 55 minutos, en sustitución del número 1. – Jugador número 15, minuto 62, en sustitución número 10”. Segundo fallo.

El señor Cambón afirma que al señalar una falta contra el once local, un jugador del Orgañá agredió a un jugador del Pobla propinándole una patada. Sr. Cambón, según el acta del árbitro e informes recogidos, fue de la siguiente forma:

El jugador núm. 3 (A. Graell), hizo una falta (sancionada por el árbitro) al número 7 (Gallart) y éste jugador fue el que “sacudió” la patada al jugador A. Graell (agresión que no repelió), entonces el núm. 4, hermano del 3, agredió al jugador Gallart, y de aquí sobrevino la “marimorena”, en la que no solo (como dice el señor Cambón) intervino el público y jugadores locales, sino que también los muchos seguidores del Pobla, en mayor profusión que los de Orgañá, que por desgracia no es muy asiduo y menos en tardes como las del encuentro que hacía un viento fuerte y frío”.

Continua el senyor Cambón:

“Capítulo aparte merece la actuación del árbitro del encuentro. En este sentido no puedo por menos de resaltar la completa ineptitud del colegiado de turno, señor Aixàs, quien acaso, influenciado por el ambiente que le rodeaba, estimó que fue el principal causante de lo ocurrido en el terreno de juego. Dicho señor, al que ya hube de referirme cuando el partido entre Agramunt y el Pobla, en el terreno de este último, a punto estuvo de provocar un hecho similar, por lo que se ha de presumir que le faltan cualidades para dirigir un encuentro.

Confiemos que el Colegio de Árbitros tome buena nota de todos estos hechos, en la certeza de que evitando escándalos como el que nos ocupa, se hará el mayor bien a un deporte, que cada día, por unas y otras causas es objeto de mayores controversias.

También he de hacer resaltar que el partido quedó sin concluir, puesto que a la vista de lo que acontecía y faltando siete minutos para la terminación del mismo, el árbitro decretó la suspensión del mismo”.

I acaba així el senyor Barriga:

“Sr. Cambón, lamento muchísimo que su crónica no se ajuste a la realidad (aunque usted diga que como cronista no se pueda callar los incidentes), y que debió hacerla todavía con el amargor de la derrota, limpia en todos conceptos en cuanto a los goles marcados, aunque usted viera lo que los mismos jugadores del Pobla no.

No soy persona de polémicas, pero me gusta que el “pan se llame pan, y al vino, vino” y que no adulteren ambos productos, como usted, hizo adulterando su crónica”.